domingo, 15 de julio de 2007
Quiero y no me quieren, Me gusta, pero no me pesca…
La esperanza es un sentimiento maravilloso, se han ganado batallas imposibles y se han movido montañas por esta misma razón… a no…perdón, esa era la fé. Anyway, por ello, yo tengo esperanzas, bueno eso espero. El auto-convencimiento es una herramienta importantísima en estos días, si uno no se cree el cuento, ¿quién lo hará?
Pero a veces este auto-convencimiento nos hace pecar de pedantes y sobrados, pero, que es mejor ¿ser un weón pesado o ser un pobre weón? Yo me quedo con la primera acepción, prefiero ser altanera que humilde, ya que la humildad no es una virtud –como dijo una amiga- es un defecto. Pero el problema es que esta actitud sólo la aplico al ámbito profesional, ya que en el sentimental me cohibo entera, es decir, toda la actitud ganadora y triunfadora, queda en puras especulaciones al momento de los que hubo.
A demás el personaje que me atrae, entre él y yo, hay un mundo de distancia que nos separa (suena como de teleserie…y mexicana), por lo tanto, hay cero actitud para llegar a concretar algo o peor aún, que sepa que me atrae (lo más básico).
Entonces, la esperanza, queda relegada a la mínima posibilidad que tal hecho suceda en un futuro, cercano, intermedio o lejano. A menos que el personaje en cuestión se de cuenta, en una de esas mis actitudes denoten mis reales sentimientos y ganas.
Pero siguen siendo puras especulaciones, es decir, esperanzas. La esperanza según el diccionario RAE, dice lo siguiente:
1. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
O sea, yo tengo más que claro lo que deseo, pero la frase, “presenta como posible” lo veo medio imposible.
2. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.
A menos que la variable aleatoria sea yo, la distribución, el personaje en cuestión y la probabilidad, el poder concretar algo, no sé, si la pueda aplicar a mi persona.
3. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.
Cero comentario, a no ser que Dios me haya prometido al personaje en cuestión, es decir, el destino nos une, la sociedad nos separa, esta como que me da esperanzas, pero sólo de una manera esotérica, es como decir, somos de signos compatibles o cosas a así.
dar ~, o ~s, a alguien. frs. Darle a entender que puede lograr lo que solicita o desea.
La frase me parece más elocuente, el dar a entender algo, pero eso quiere decir, “insinuación”, esa actitud me pone en una situación incomoda, que pasa ¿si los demás se dan cuenta?, a estas alturas del partido, esa situación no me favorece mucho, ya que puedo ser víctima de burlas y escándalos, no es que sea paranoica, pero de que puede suceder, puede. Sobre todo ya que hay distintos rangos entre él y yo, que se puede mal interpretar, sobre todo con lo que tiene que ver con mi persona. Y yo por supuesto, tengo una reputación que cuidar. Siempre digna, ya que es lo único que me queda….dignidad!!!
Es decir, y según mi percepción, darle tiempo al tiempo, realizar un cambio significativo y cualitativo en la actitud que hasta el momento tengo y esperar que mis esperanzas sirvan de algo, porque me carga no tener lo que deseo. Soy una persona caprichosa ¿y qué? No hay nada malo en asumirse como uno es. Y lo importante es llegar a la meta, no la manera de hacerlo, como dicen por ahí.
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